ESCLAVITUD URBANA

ESCLAVITUD URBANA
Esclavos castigados

Tuesday, July 04, 2006

Aguadores de Lima a Fines del XVIII e Inicios del Siglo XIX


1.- ASPECTOS PRELIMINARES
Ya que vamos a hablar de la ciudad de Lima a mediados del siglo XVIII y su esclavitud tenemos que observar, en principio, la dinámica de la esclavitud urbana y como es que llegaron estos negros esclavos a formar parte de distintos oficios, entre ellos el caso específico de los aguadores de Lima. Durante la colonia podemos distinguir dos tipos de esclavitud: una urbana y otra Rural. La esclavitud urbana resulta mucho más confortable para los esclavos, ya que por el hecho de limitarse su servicio al ámbito doméstico, en muchas ocasiones, los amos optaban por enviarlos a trabajar y así desentenderse de su manutención, además, en el caso de Lima, por el hecho de tener una instancia judicial a la mano, los amos se limitan en el maltrato a sus esclavos. Si bien es cierto, la condición del esclavo en la estructura social, es la inferior, este tiene ciertos derechos que deben ser asumidos por el amo, como vestirlos, alimentarlos y brindarle un espacio apropiado donde guarnecerse del frío.
Para desarrollar el tema debemos hacer una aproximación bibliográfica y así recurrir a estudios como los de Bowser Frederic (1981), Hünefelt Crhistin y sus distintas publicaciones en la Revista Histórica (1979) “Los negros de Lima:1800-1830” y especialmente el interesante trabajo de Carlos Aguirre (1993) “Agentes de su propia libertad”, el cual se presenta como uno de los estudios más completos sobre el esclavo limeño, que si bien es cierto se centra en el siglo XIX, resulta aplicable algunos de sus casos para el siglo XVIII. Este trabajo nos grafica la problemática socioeconómica de los negros esclavos, donde el autor analiza los mecanismos o medios por los cuales los esclavos alcanzan su libertad, uno de estos medios es a través del esclavo jornalero.
Entre los mecanismos empleados por los negros, y que resulta importante para tener una mejor visión del tema que vamos a tratar – Los Aguadores de Lima- encontramos lo que Carlos Aguirre llama Esclavitud a Jornal, término que había sido empleado antes por Moreno Fraginals (1983) para describir la esclavitud urbana en el caso cubano[1] y posteriormente por Klir Herbert(1986)[2]. Así en el caso peruano la esclavitud a jornal será entendida como: “La costumbre adoptada por los amos de enviar a sus esclavos a trabajar en distintos oficios, normalmente escogidos por los propios esclavos, a cambio de una suma diaria fija [3]”. Es así que el espacio laboral de un esclavo giraba en torno a los servicios: cargadores, aguadores, caleceros, repartidores de pan. En estos oficios no calificados, un esclavo debía lidiar con la plebe libre limeña. La competencia era muy grande en una ciudad con escasas posibilidades de trabajo, además, el esclavo, que ejercía algún oficio, debía entregar al amo un porcentaje de la ganancia diaria.
Lo que resulta interesante, es que, la suma diaria que se debía pagar al amo era fijada en función al precio del esclavo y no del oficio que este desempeñaba; el jornal era fijado a razón de un real diario por cada 100 pesos del valor del esclavo. Por ello, a un esclavo le interesaba que su precio fuese bajo y, más bien, tener un trabajo bien remunerado. De esta manera, podía cubrir su obligación y quedarse con la diferencia. Eventualmente, gracias a esa diferencia algunos pudieron adquirir bienes y su "libertad".Pero esta, no era una regla general, puesto que el monto del jornal estaba sujeto, muchas veces, a negociaciones entre amos y esclavos, ya que no resulta conveniente exigir al esclavo por encima de sus posibilidades pues se corría varios riesgos, entre ellos: el esclavo podía fugar, iniciar una acción judicial de variación de dominio e ir en busca de un nuevo comprador o en casos extremos optar por el suicidio[4]. Este último es el caso del negro Antonio en 1812, quien era un negro esclavo de oficio aguador, el cual debía entregar al amo un jornal de 6 reales diarios. Como su oficio no alcanzaba para pagar tanto, debía trabajar más, buscar otros empleos e inclusive endeudarse, por si fuera poco una de sus hijas enfermó gravemente desesperado Antonio optó por suicidarse[5]. Este caso nos demuestra uno de los riesgos que corría el amo al ejercer demasiada presión sobre el pago del jornal. Con este sistema, los amos buscaban asegurarse ingresos permanentes y además se desentendían de la manutención del esclavo quien debía procurarse sus propios medios de subsistencia a través del dinero ganado según el oficio que desempeñaba. Pero esto que parece tan fácil y sencillo a primera vista resulta más complejo y esta atravesado por múltiples conflictos entre amos y esclavos. En primer lugar, los esclavos jornaleros vivían por lo general, separados de sus amos, comúnmente habitaban cuartos de alquiler en los distintos barrios de la ciudad (sobre todo en callejones y ranchos), lo cual le daba una gran dosis de independencia y una mayor capacidad de movimiento. Vale decir aunque legalmente el amo seguía siendo responsable por la manutención del esclavo, el arreglo entre amo y esclavo incluía un acuerdo tácito o verbal para dejar en manos del esclavo velar por su propia manutención. Sin embargo cuando un conflicto entre ellos llegaba a los tribunales, los amos eran inevitablemente acusados de negligencia hacia sus esclavos (por no mantenerlos, vestirlos, alimentarlos y darles un techo para vivir) corriendo el riesgo de perderlo. En líneas generales, como vemos, el sistema de esclavos jornaleros tenia riesgos para ambos sectores, pero mayores eran potencialmente aquellos que afrontaba el amo, pues no existía riesgo mayor que perder al esclavo; así mismo la acción judicial desempeñaría aquí un papel fundamental en las estrategias de los esclavos[6]
En algunos textos escolares, es común encontrar la idea de que no se hizo trabajar a los esclavos en las minas por consideraciones climáticas, humanitarias o por que este no se adaptaba al sistema. Esas mismas consideraciones hubiesen impedido utilizar el trabajo de la población indígena. La verdadera razón es que el esclavo era un trabajador costoso y escaso[7], se le prefirió emplear en actividades directamente lucrativas y menos riesgosas. No cabe duda sobre la dureza del trabajo en las plantaciones. En especial, debido a que constituía un tipo de trabajo sistemático, con plazos específicos a cumplir y que el caporal se encargaba de hacerlos recordar a latigazos. Sobre todo en determinadas estaciones del año. Era el trabajo más aborrecido por el esclavo rural. Estos preferían estar en otras tareas en el campo. Pero, la opción más buscada era la residencia en la ciudad.
Igualmente interesante resulta comprobar, que a pesar del carácter que identifica a este sector, y el estrecho mercado laboral que enfrentan, se produjeron muestras de solidaridad al interior de la clase negra. Un caso que ilustra este hecho, es el caso del negro Melchor perteneciente al gremio de aguadores de “Santo Cristo”, quien intentó disminuir el jornal pagado a su ama, por que había enfermado y estuvo sin trabajar por 2 meses. Al principio la ama acepto este hecho y le redujo el jornal a 6 reales; luego este aguador repite la gestión para que la ama le reduzca el jornal a 4 reales; ante la negativa de la ama el esclavo acudió al defensor de menores y le solicitó variación de dominio, la ama aceptó, pero exigió un comprador por 400 pesos, algo que ciertamente Melchor no pudo satisfacer. A continuación Melchor fue tomado preso y colocado en una panadería, luego fue enviado a una hacienda donde lo castigaron por la osadía. Ante esto los aguadores del gremio de “Santo Cristo”, recurrieron a distintas instancias para que las autoridades intercedan por Melchor, y así fue. Gracias a sus compañeros, finalmente Melchor regresó a su oficio y no le quedó otra alternativa a la ama que disminuir el jornal a pagar[8].
Los aguadores son personajes de Lima Colonial cuyo nombre aún resulta familiar, este, era en realidad un comerciante del agua, mercancía sobre la cual ejercía derecho monopólico, puesto que sólo él tenía autorización, por parte del cabildo, de retirar este recurso con fines comerciales de las distintas fuentes y pilas de la ciudad[9]. La mano de obra empleada para este oficio, deriva del esclavo jornalero. Estos aguadores se presentan como un gremio cerrado y autónomo; constantemente se resiste a la autoridad, esto, es muy posible sea producto de su capacidad de movimiento en el entorno urbano de Lima y las libertades que sistema de esclavos jornaleros le ofrecía.
Citas
[1] “…en Cuba desde el siglo XVII se generalizó el sistema de esclavitud a jornal: los dueños de los esclavos urbanos habían descubierto que una de las formas más rentables – y menos peligrosa- consistía en poner a los esclavos ‘a ganar jornal’, ya que garantizaba un ingreso mensual en efectivo, sin tener el amo que trabajar ni hacer inversiones adicionales…” Moreno Fraginals, Herbert Kleir y Stanley Enferman, “El nivel y estructura de los precios de los esclavos de las plantaciones cubanas a mediados del siglo XVIII” en revista de historia económica Nª 1, 1983
[2] Kleir Herbert , La esclavitud africana en america latina y el caribe, Madrid, Alianza Editorial 1986.
[3] Carlos Aguirre, Agentes de su propia Libertad : los esclavos de lima y la desintegración de la esclavitud 1821-1854, Lima, Fondo editorial P.U.C., 1983, pag.135.
[4] “en ocasiones el amo debía convenir en rebajar el jornal al esclavo so pena de perderlo para siempre …” Carlos Aguirre, op.cit.pag.137
[5] El caso de Antonio, citado por Carlos Aguirre, Tambien ha sido presentado por Hünedeldt 1979 pag.31 y Flores Galindo, 1984, Pag.125

[6] Carlos Aguirre Op.Cit.pg.140

[7] Hasta fines del siglo XVIII el precio promedio de un esclavo entre 16 y 30 años que estuviera en buenas condiciones fluctuaba entre 400 y 650 pesos, era un precio muy alto si tomamos en consideración que para esa época una calesa sin caballos costaba 300 pesos. Hacia 1800 un cerdo costaba 12 pesos, un esclavo 500, una esclava 350 y una niña 80 pesos. Después de las guerras de independencia el precio mas alto era de 400 pesos y aún 200 o 300 pesos era considerado excesivo, al momento de la abolición el precio promedio en Lima para un esclavo era 333.5 pesos y para una mujer 303.7 pesos. El rango de edad que se consideraba optimo para adquirir un esclavo era entre los 20 y 25 años.

[8] AGN, RPJ. Causas Civiles Leg.Nº 515,1852.
[9] “…Los aguadores tienen gremio de este oficio, con sus alcaldes del mismo gremio y que sólo ellos son los que pueden cargar el agua del público y no otro alguno como son los cholos, indios, ni los españoles…” Causas Civiles, Leg. Nª 8, 1749.
[10] Aunque las aguas del río Huatica, que cruzaban por el centro de la capital, eran empleadas tambien como fuente de energía en el proceso de fabricación de monedas emitidas por la Casa nacional de moneda 21agosto de 1565.
[11] “…Se contaban en toda la ciudad sesenta y una pilas; diez y siete pilas y diez pilones públicos, y diez y nueve pilas en conventos y monasterios, seis en hospitales y beaterios, diez y nueve en colegios y otros establecimientos públicos, contándose además ciento setenta y siete pozos en casas particulares…” Manuel A. Fuentes, Lima Apuntes Históricos, descriptivos….1985, pag.10.
[12] Los aguadores utilizan la mayoría de fuentes y pilas de la ciudad, ya sean de hospitales, como el de Sam Bartolomé o Santa Ana o de conventos e iglesias como el de Santa Rosa o San Francisco. “…los alcaldes del gremio de aguadores de la pila del hospital de San Bartolomé, decimos que hasta el día de hoy hemos empleado el agua del hospital a favor de nuestro oficio…”AGN, Cabildos, gremios, Leg, Nª5, 1772
[13] AGN, Cabildo, gremios, Leg. Nª3 1782
[14] “….los aguadores eran matriculados en las parroquias e importaban 14 reales al gremio a través del alcalde…” Manuel A. Fuentes ,1867 op.cit,pág.182.

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